He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

[Diario de una Rata] Primera parte

[Nota importante: poner esta canción mientras se lee: http://www.youtube.com/watch?v=pw6_VXPwm6U]

Hola ratitas, sabandijas y demás porquería de ciudad, os habla la rata de alcantarilla.

Son ya las 3:13 de la mañana, el desvelo se apodera de mí, aunque hay parte de mi cuerpo que esta ansiando una cama. Pero creo que de momento no voy a darle ese gusto, necesitaba escribir un poco antes, hoy sin duda es uno de mis días del mes en los que me das un boli y te como metafóricamente hablando así que, por qué no aprovecharlo.

Quiero hablaros de algo, de los sentimientos, de los sentimientos de las ratas.

Vengo de asomarme de la ventana, de postrarme frente al mundo que me rodea, y no puedo decir que haya visto gran cosa, desde algún que otro coche perdido, pasando por un par de limpiadores de calles ( con un puto trabajo de mierda) y un pobre durmiendo de cualquier modo en un banco con jardines (con una puta vida de mierda). Y eso que están en Europa, la tierra de las oportunidades. De las oportunidades de morder al vecino para sangrarle todo el dinero posible, no confundamos.

Y entre todo ese berenjenal, quieren que personas como yo, ratas de alcantarilla, salgan de sus escondrijos en busca de margaritas que regalar a sus amadas víboras, las cuales acaban por devorarnos, pero qué mas da, a quién coño va a alegrar una rata, al menos ha muerto sirviendo de materia vital a alguien, más de lo que nunca soñó ser.

A la mayoría de gente, las ratas le asquean, son símbolo de algo sucio, de ciudad, de bajo estánding. Somos la peste contra la que luchan los políticos, somos los que les mordemos los zapatos, haciéndoles boquetes, jodíendole el día. Somos los que le roemos todo el puto dinero, obligándole a sangrarnos aún más. Somos los que nos llevamos palos, los que quieren erradicar, la plaga que hay que eliminar.

Somos las víctimas de los estereotipos, todos somos asquerosos, todos olemos mal, todos somos sucios, todos mordemos, todos odiamos a rabiar.
Huímos de las luces. Huimos del resto de la humanidad. Las ratas con las ratas, y los gatos pijos de angora, con los putos gatos pijos de angora.

Menos mal, que no todos nos odian, hay gente que les gustamos. Hay chicas a las que les gustan las ratas como yo, nos ven monos con nuestros ojos rojos de odio, con nuestro pelo blanco de indiferencia, con nuestras pequeñas zarpas de insolencia, o con nuestro rabo demacrado de la marginación.



 Quizá por eso siga siendo una rata, por eso... y porque los zapatos de los políticos saben que te cagas de bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario