He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

Querrán mi cabeza.

Vivo en Cádiz, lo siento. Si fuera de Jerez criticaría la Feria, si fuera de Sevilla lo mismo y si fuera de Pamplona, el San Fermín.

Pero soy de Cádiz, vuelvo a insistir y lo vuelvo a sentir, pues ahora le toca pasar por la quilla de mis dedos al Carnaval.

No voy a explicar qué es, pues cada uno es libre de ir al "Google" y buscarlo, por no decir que es ya un concepto casi de fama nacional. Todo cristo ha oído hablar del famoso Carnaval de Cádiz, pero no todos saben las realidades que este esconde, bajo la fina capa de las cosas buenas que nos trae el Carnaval.

Pues es imposible que algo sea 100% positivo o negativo, y el Carnaval no es todo calamidad. En el Carnaval aunque suene raro, hay grandes metes moviéndose por los rincones de la literatura, sacando letras dignas de ser tratadas como poesías para su público. El Carnaval trae centas, que digo centenas, miles de personas de los rincones mas extraños del globo (que es estúpido que vengan, pues si al de Madrid le cuesta entender al de Cádiz, no quiero pensar el de San Petersburgo) dispuestas a COMPRAR, COMPRAR y GASTAR.

Y lo que es más importante. El Carnaval es para Cádiz lo que hacer el amor para amar.

Golpes en el pecho por su "cái", su "carnavá" y su "barrio", alzando gritos y cánticos que me paso yo por la zona menos honrada de la espalda. Al igual que también me río del que se cierra en banda negando cualquier resquicio de Carnaval; los extremos son destructivos, desde siempre.

Pero claro, si he dicho lo bueno, tendré que explicar lo malo, y lo más jodido de este asunto esque nisiquiera sé por dónde podría empezar. Así que me pondré a escuchar alguna agrupación, a ver que se me ocurre:

-¡Eureka! Primer punto curioso del que reirse. La voz. Todos canta de falsete y todos se creen artistas. Andy & Lucas, Kiko & Shara... son todos de la misma calaña, se creen que saben cantar pero míralos, son leyendas del ayer adornadas con resquicios de un presente más triste aún si cupiese.

-"Ole que bonito ío!". Ya empezamos, el realzamiento subnormálico. No me extraña que en aquel fatídico 23F (golpe de estado de Tejero), aquí se siguiera con el carnaval. Pues es más importante ver al nieto, sobrio, novio o marido cantando como si de un Tuno se tratase; mientras el país está a poco de irse a pique con una nueva dictadura que VOLVERÍA a prohibir el Carnaval si hubiera triunfado. Conclusión: "Que me quitan la libertad pero no el Carnaval"

-Asómate a la ventana. Qué bonito el ambiente, las familias en la calle, las "ilegales" cantando, la gente se divierte. Vuelve a tu casa, asómate a las 02:00 a.m. El ambiente es distinto, las familias se han ido. Ahora la Tacita de plata se llena de vómitos y meados en una rica infusión de vandalismo. La policía aparece y se lía a golpes hasta con el muñequito verde del semáforo. No te lo crees, pero ESO también es Carnaval.

-Tradición. Palabra en boca de todos pero en mente de nadie. El carnaval es una tradición a respetar. Cumplámosla entera, pues si bien somos tradicionales, el Carnaval sin el cristianismo es como un yogur sin azúcar. Insulso, mentiroso e hipócrita. El Carnaval no dura 40 días (desde el comienzo del Concurso del Falla hasta el Carnaval de los Jartibles), el Carnaval dura unas dos semanas, sirviendo de precedente a la cuaresma. El tiempo del recogimiento, el tiempo en el que no hay que tajarse ni estar de fiesta. Oh, qué lastima. Carnavalero, cumple tus deberes para tener tus derechos, edonista del tres al cuarto.

A continuación, mis conocidos carnavaleros pedirán mi cabeza sobre una pica, es algo que me veo venir. Pero es así la vida del escritor, cuanto más te critiquen, mejor trabajo estarás haciendo.

Hola, buenas noches.

Hoy vengo a hablar de los momentos desaprovechados, de las verdades finitas, de las mentiras inalcanzables.

Quizá hable de lo que ya se habló hace dos días, o de lo que se hablará en menos de tres, pero el mero hecho de hacerlo alegra hasta el mas triste de los ritmos.

Nubes que tapan la oligarquía de mi mente, dirigida por el cuerpo que lleva la gracia del alma, de pasado, futuro y presente.

Quizá "algo me falte", como me dijo un amigo, y yo no lo sepa. O quizás algo me sobre, tonterías.

Cierto o mentira, dentro de mí vive el caos. Acostumbro a mantenerlo en mí, pues tiene el mejor de los hábitat habidos y por haber.

En algo tengo que dirigir mis pasos, el camino hacia algún sitio debe dar. Mis prioridades empiezan a moverse, mis métodos a desaparecer y mi persona a cambiar.

"Qué mas da la fuerza que apliques en un cuerpo para variar así su velocidad. El origen y el destino siempre son los mismos."


...

La vida.

Eterna agonía, llama poderosa que muere por momentos.
 ¿Qué mas dan los besos que diste, o los polvos echaste? Morirá el más puro y el más lascivo.
 ¿Sabes a quién no le importa nada tu dinero, tus carreras y tus beneficios? A la muerte.

Realmente no sé que elegir si pudiera retroceder y no haber nacido. Nadie es importante aquí, y no quiero quedarme con la miel en los labios de una vida demasiado caduca para mis gustos altruistas...

Y me da igual lo que me digáis, vuestros momentos felices y vuestras razones contundentes. No os discutiré que eso hace de la vida algo más ameno y llevadero, pero se acabará, puede que mañana. Y humo seréis, cenizas en el olvido, nadie os recordará, esperad una generación, y vuestra memoria acabará perdida en el abismo del tiempo.

Normal que busquemos compañeros, amigos, parejas. Nadie quiere vivir esta agonía solo, nadie desea morir sin una mano que te esté estrechando las tuyas, sin unos ojos que te miren y te hagan morir soñando en los cielos que prometen libros de mentira. Todos necesitamos entretenimientos para distraer nuestra atención del crudo destino.

Que hagas lo que hagas, vivas como vivas...

Morirás, como todos.

Elige.

Cambiando un poco, buen material musical para leer. 

Hace dos días, en uno de mis paseos por la filosofía alemana, me quedé quieto en uno de los conceptos que desentraña uno de sus grandes y magníficos genios, Immanuel Kant (existen mas filósofos lúcidos alemanes aparte de Friedich Nietzsche ...), que más o menos quería explicar lo siguiente.

"El hombre debe de realizar sus propias acciones por el deber hacerlas, no debe existir ningún aliciente relacionado con el mundo material". 

Kant quiere decirnos con esto, que el ejemplo común y corriente que todos conoceremos de "Niño, si apruebas te compro la moto de los cojones" es totalmente erróneo porque el niño debe de estudiar ya que ése es su deber. Claro, que si lo pensamos bien, el niño debe de estudiar porque es su deber, pero el aliciente a posteriori, es el de tener un buen trabajo para ganar mucho DINERO. Seamos correctos con nosotros mismos, la motivación de "es para culturizarme" o "porque me gusta", no se aplica con facilidad. 

¿A dónde quiero llegar con esto?. A varios puntos importantes a tratar.

Primero, que el deber de cada persona debe de ser ilícito en ella y a la vez que un deber, un derecho. Así que es incorrecto el hecho de hacer de la educación (un deber y un derecho) algo intercambiable por capital. Tanto si se usa de forma"chantajosa"  con el chico o chica, como si se debe de aplicar a modo de "extorsión" con el gobierno. Si queremos hacer de éste, un país fructífero, debemos empezar por los cimientos y no por el tejado, politicuchos económicos del tres al cuarto.

La educación debe de ser GRATUITA hasta la universidad. Nada de becas abusivas a devolver en incómodos plazos que crea una sociedad elitista, provocando presiones y competiciones entre los jóvenes, que no ayudan nada a fomentar el trabajo en equipo (algo MUY cotizado en el mundo laboral).

También me refiero con esto, a algo digamos menos coñazo para algunos lectores y más cercano y próximo, como es la elección de una carrera. Los ataces que lanzo van a minar los ánimos de todos aquellos que se metieron en alguna carrera "porque papá también la hizo", "porque dicen que se gana mucho dinero", "porque la que a mí me gusta dicen mis amigos que es una mierda y que ellos se la sacarían con la poya" (joderse que la he tenido que escuchar en directo de la boca de un conocido...) o "porque papá nunca pudo sacársela y me presiona de forma tiránica para que me la saque, solucionando un problema de frustraciones y sueños rotos de una persona que para nada, tiene que ver con cómo soy yo".

Jóvenes del mundo. Estudiad lo que os guste, no hagáis caso a comentarios ajenos. Cada uno sirve para lo que nace, no nace para lo que sirve.
Tengo amigos que son superiores a mí en un tipo de inteligencia más matemática, más racional... mientras quizá la mía sea superior en otros asuntos, más empíricos como es el intrínseco mundo del miembro más poderoso del cuerpo humano, el cerebro. (El/la que haya pensado la poya, enhorabuena, ya sabemos cómo tomas tus decisiones) 

Suerte a los que cedieron a la presión externa, espero que no caigan en depresiones cuando se den cuenta de que han rechazado a sus sueños por tonterías efímeras, y me alegro mucho de todos aquellos que estén estudiando lo que les guste y se les dé bien de veras, porque ellos ganarán quizá menos dinero, pero os aseguro que llegarán a un nivel de felicidad, al hacer algo que te llena, que JAMÁS conocerán algunos.

Romanticismo obligado.

Se acerca san Valentín, y yo (no sé si por llevar la contraria de forma natural y espontánea) empiezo a sentir lo contrario que el resto de los mortales.

Parece que es el día de olvidar los males, centrarte en tu pareja y comprar, regalar, envolver y comprar de nuevo. Pero en mi caso, y llevo así ya unos años, más bien es la fecha idónea para sentir asco, miedo, ira, agonía... y todo relacionado con las más que puñeteras parejitas "felices" (o así deciden mostrarse al mundo cruel que les rodea) y con sus millones de "te quiero" y besos en este día.


Recalco; este día.

"Día de la madre", "Día del padre", "Día de los enamorados". MENTIRAS. Yo les agradezco a mis padres el cariño y la comprensión (aunque a veces no me den tanto de esto último) que ellos intentan darme siempre, y no necesito que nadie me diga CUÁNDO y QUÉ debo comprarles.

Lo mismo o peor con los enamorados. A veces pienso que somos como pequeños asnos para las manos de las grandes industrias y empresas, a los que azuzar a comprar y/o tener detalles con nuestra pareja en X fecha. Espero que los que me lean, sean de esas personas inteligentes que compran regalos y/o tienen detalles con sus amados/as independientemente del día del año en el que se encuentren. ESO es demostrar amor.
 Y si resulta, que este año en San Valentín, os regalan un pedazo de mierda... espero que sepáis comprender que sois más queridos que aquellos borregos enfermitos que compran en este fecha, PORQUE EL CAPITAL SE LOS ORDENA. 

PD: Para acabar, una canción romántica de verdad.

Imprudencia al caminar.

Despiértate, es hora de volver a la vida, la que sigues por seguir, o la que tienes por rutina. Despégate la sábana del rostro, muestra esos bonitos ojos azules al mundo, los que nunca distinguieron entre el bien y el mal. Busca en tu cartera, queda resto del atraco de ayer, algunas colillas, condones y la tarjeta de aquella chica.

Morena, despampanante, curvas peligrosas, labios envenenados. En el fondo sabes que te llevará a la derrota, pero, qué cojones, te ríes y lo sabes "Esa puta está a años luz de mis tobillos".
-Mamá lo decía- Has nacido para brillar, eres el elegido, te compraste la pistola mientras recordabas las palabras de la chica, "llámame, llámame...". ¿Cuántas balas tiene tu jodida pistola? No creo que las suficientes, ves tres capullos en dos tíos, no habrá suficiente, miras el retrovisor de tu bonito Chrysler Saratoga blanco, muerdes el cigarro mientras bajas tus gafas, y allí estás tú.
Tu peor enemigo, el cerdo que te trajo aquí, guiado por los pastores traicioneros, Sin y Dinero.

Bajas del coche en aquella gasolinera, la que siempre vas, donde sabes que te dan la gasolina de mala calidad, donde el olor del sudor se confunde con tu propia saliva...

Saca tu revólver, tienes pocas balas, recuerda, -Mamá te lo repetía cada vez que nacías de nuevo- eres el elegido, ¿sabrás elegir?


Pum.