He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

Cuestión de como se mire.

¡A la mierda! Esto empezó siendo un texto triste, una especie de suspiro al aire, exasperando todos los buenos recuerdos que quizás se fueron, dentro de un egoísta acto de memoria selectiva. Todos sabemos que lo bueno si breve, dos veces bueno. ¿Pero quién fue el grandísimo imbécil que se inventó semejante estupidez? Dame todo el tiempo del mundo de buenos momentos, si puedo escoger, elijo el saco ese con tan buen color que pone "felicidad".

Me da igual que las grandes esencias vengan en pequeños frascos, yo siempre fui de los que preferían el agua a la colonia. Insípida, inodora e incolora. Sin tapujos, no se dedica a engañar malos olores bajo las capas del engaño que crean esas pequeñas esencias que tu me mencionas y me recuerdas por su exuberante poder.

Por desgracia habrá gente que en tu vida tendrá que irse, elegirá un camino distinto al tuyo, ya sea laboral o ético, las personas cambian y tomas sus propias decisiones. Pero no bajes la cabeza por quién pueda abandonarte, levanta la cabeza por todos aquellos por llegarte. Ni existe la perfección ni la persona que te dará todo lo que necesites, por eso somos humanos, por eso estamos vivos. Por que los científicos no saben decirme la causa de mis sonrisas cuando estoy ante ti. No saben los motivos por los que vivo los momentos que quiero con la gente que aprecio.

Ya estás dando el libro por terminado, cuando aún, siquiera lo has empezado.

No se me ocurre título.

Lejos de ser un grito rozagante al cielo, demostrando lo que algunos tildarán, ante la facilidad de la crítica destructiva precoz. Esas críticas carecen de razón. No es trascendental mi edad, lo único significativo aquí, es el año en el que ya nos encaminamos.

No somos los jóvenes del siglo XX, no somos la generación de la Guerra Civil, que tenía males más cercanos de lo que preocuparse. Mayores metas por las que motivarse. El tiempo pasa de forma inexpugnable, y no siempre de forma provechosa. Envejecemos, el tiempo pasa y la vida se consume como las burbujas de una botella de refresco a medio cerrar. Enfermedades, dolencias y muchos mas males nos arremeten durante toda nuestra vida. Pero en el lecho de nuestra muerte, esbozamos una sonrisa junto a varias lágrimas, cuando miras a los seres queridos que te acompañan en tu ultimo adiós. La familia, los amigos. Crees que dejas a tu descendencia una educación oportuna, llena de valores constructivos e incluso con un pequeño sustento económico.

Pero hablamos de una generación distinta, que desconocía los datos que ahora sabemos todos los futuros padres y madres del mundo, de este siglo XXI. Todos queremos que nuestros seres queridos hereden el mundo que se merecen, un mundo sin conflictos bélicos, un mundo sin racismo, un mundo sin injusticias... o por ejemplo, un mundo sin contaminación. Un mundo que no envejezca más rápido que las nuevas generaciones.

Me niego en rotundo a soltar toda la parafernalia ecologista de siempre. Soy una persona que está a favor de mantener el medio ambiente lo más limpio posible y en mi casa -por ejemplo- se recicla. No voy a decir datos, mostrar imágenes, o mencionar el precio de la contaminación en relación al precio del progreso.

Pero en cambio opino, que la contaminación es un hecho y un proceso que a medida que pasan los días, se vuelve más y más irreversible. Y tan irreversible va a ser, que doy por asentado que este asunto -el de la contaminación- será sin duda el gran cáncer de este planeta.

De algo tendríamos que irnos a hacer puñetas. Ojalá no sufran muchos nuestros descendientes.