He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

Luis Enrique Cervera

Y de nuevo aquí. Tras promesas incumplidas vuelve a su zona de confort el amante arrepentido.

Aquí me veo ahora, vida, desnudo y postrado ante todo aquello que me acontece, tanto en pasado como en futuro.
Si bien me has conseguido brindar placeres dignos de estar a la altura de esos diezmos religiosos, a su vez, has sido cruel verdugo de mis bien asentadas bases.

Desde aquella última vez hasta ahora, la tierra yerma floreció y esos fantasmas de tiempos obscuros ayudan a tiernas almas a amarse, llegando a límites donde el horizonte es palpable por tu mano. A esos jóvenes, les deseo (y espero ayudar a que consigan) lo mejor.

Continuando con el devenir, en cuanto a mi pasión, me desmuestran desde la meseta y más allá, que aún sigo en sus cabezas y eso, vale mil veces más que cualquier decoración de su cintura. Y quienes piensen que es algo estúpido, no entienden nada sobre algoritmos de la felicidad.

Y yo menos.

Por qué. Te lo llevaste hija de puta. Lo quitaste de en medio. No era más que bondad en estado puro, y decidiste que debía irse. Me cago en todo lo que crees, y me sobra mierda para tu idílica justicia.
Una vez puse aquí nombre y apellidos y me quisieron llevar preso, hoy, los pongo y mas que irme, quiero que alguien vuelva.

LUIS ENRIQUE CERVERA.

Algunos te despreciaron y yo, en cambio, te vi como un igual. Las lágrimas me inundan cuando recuerdo tu imagen. Llevo años buscando tu rastro y cuando supe que lo corpóreo de ti se fue, deseé que al menos lo etéreo quede en mí y lo virtual quede aquí.
Este es mi efímero recordatorio de una persona que -juro que- mientras viva, seguirá tu recuerdo presente.

Sigo sin creer que no estés.

Te eche de menos este tiempo sin verte. Y ahora todavía más.

Imbéciles aquellos que no supieron de tu grandeza. Afortunado yo, de haber estado a tu lado. Gente como tú, hace de este mundo algo menos jodido.

Gracias por todo tío, allá donde estés, nos veremos. Y jugaremos al Mario Strikers, y lloraré como un niño.