He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

No hay margen de error.

[Me apetece hacer algo con esto]

Ha vuelto.

Nunca se fue. Ni cuando mis labios lo sacaron a empujones frente a tu mirada que me escrutaba sabiendo lo que quería decir. Sigue estando conmigo, lo respiro a mi lado, lo saboreo en mis horas muertas, me aconseja en mis momentos amargos. Me hace sentirme vivo, aunque medio cuerpo mío esté ya comido por los gusanos sarnosos de las viscerales heridas que me hizo una Ghouleh anterior. El tiempo hizo el resto, cicatrizó mis tendones desgarrados, para crear el ser que ante ti aún camina detrás tuya.

Huelo tu rastro. Me sigue pareciendo sabroso. Más que antes. Que corras, hace todo más divertido, aunque también es verdad, que las heridas hacen que cada tres pasos, uno de ellos, sea un calvario de dolor en mis entrañas. Voy clavándome los cristales del camino y me desangro más a medida avanzo. Tienes mi panacea y mi muerte en tus manos, a veces, las mejores decisiones son las que no se toman. O más que las mejores, las que más marcan.
Callando dices ya mucho. Yo callando no digo ni la mitad de lo que quiero, así que hablo, mediante dibujos en un blog, donde los monstruos se hacen más horripilantes, para igualarse a los humanos.

Mientras escupo sangre en mi recorrido, oigo campanas, ¿suenan por mí?¿suenan por ti?. Quién de los dos morirá, renaciendo en un nuevo ser, ¿quién?

Mi corazón pútrido palpita, y mi cerebro moribundo se pregunta: "From whom the Bell tolls?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario