He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

Son como mis hijas.

No puedo querer a una más, o a otra menos. No podéis hacer que elige entre ellas, son parte de mi vida, son mis sentimientos plasmados en este "papel", llevados por mis dedos, mis fieles compañeros... desde lo más profundo de mi ser.

No me pidan elegir entre una u otra, porque cada entrada es única, es irrepetible. Será mas o menos agraciada, será destructiva o constructiva, habrá creado más o menos polémica, pero las quiero como si fueran mis hijas. Me tomarán por un loco, pero son mis creaciones, las he visto florecer, me arrancan sonrisas unas y lágrimas otras...

Lloro con ellas.

He llorado más con mis entradas que con las personas, me expreso de forma sincera y creo algo, un texto, un conjunto de palabras, que lleva una carga sentimental brutal.

Y de verdad, espero que todos las veáis así, como muestras de Diego, retazos de mi alma, de mi ser, de mi soledad, de mi alegría, de mi amor o de mi dolor. Pero no serán nada más alejado a la realidad. Nada más diferente a mí. 
Una verdad bonita, dolorosa, desagradable... pero que hace que día tras día, siga aquí, y en parte es este blog lo que me hace sentirme bien. Me demuestra que puedo hacer cosas buenas, que puedo hacer que tú, con tus ojos curiosos, sientas como tu piel se eriza como si un hielo pasase por tu nuca y se dejase caer por la espalda.

Me encanta esta empatía.

Y es gracias a ti, gracias a mí, y a ellas, estas entradas...

¡Mis hijas!

1 comentario:

  1. No hay amante, compañera, ahijada, servidora, feligresa... mayor que las palabras. Son al literato, como la vida al ser; y si el ser es lo que es por su esencia, ésta son las palabras de un orador.

    ResponderEliminar