Defiendo la libertad por encima de cualquier sexo, no me importa qué tenga entre las piernas, sólo quiero saber si su situación es injusta o no. Y es que aquella frase que dice: "La libertad de uno, acaba donde empieza la de otro" es totalmente aplicable a el caso que quiero tratar, y posiblemente cree confrontaciones, pero no me importa en absoluto.
Volviendo a la libertad, argumentaré lo siguiente. Tan libre eres tú de ponerte el escotazo que quieras, como yo de mirar, incluso si apetece, decir algo. Pero eso no me da ningún derecho siquiera a rozarte. Muchas dirán que soy un cerdo, machista e insensible, pero me reitero. No soy un chico dado a decir nada a una desconocida -bueno, acercarme a ella para hablar sí- aunque sí que suelo dejar alguna mirada despistada en algún sitio indecente.
Sigo pensando que algún día, saldré a la calle con un pantalón que me marque el paquete a más no poder. Y contaré las hembras que lo miran, porque van a mirarlo -no por ser MI paquete, sino por ser UN paquete- y acto seguido, perder cualquier tipo de derecho a tildar o tachar de cerdo, a alguien que posiblemente no lo sea... o no tanto como algunas creen.
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