He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

El tributo de un cualquiera a una magnificencia.

No me considero una persona excesivamente cerrada en ámbitos musicales, quien me conozca sabrá bien que tengo un horizonte amplio, y que en un minuto puedo pasar de estar escuchando un tipo de música a otra totalmente distinta a la anterior.

Pero sin duda alguna, si tuviera que elegir entre un estilo que me hiciera sentir emociones fuertes, sin duda alguna eligiría el Rock. Podemos hablar de Rock, o de Heavy Metal, pero para mí es lo mismo. Aunque obviamente haya grupos que disten entre sí según un estilo u otro, el feeling que contienen es muy parecido entre sí cuando son unas conexiones fuertes.
Y es que yo, en mis peores momentos, no quiero canciones amorosas que me amarguen en mi desgracia, prefiero un tema vigoroso que no haga más que enchufarme energía desde los oídos hasta el corazón, bombeando éste la energía por cada uno de los ápices de mi cuerpo.

Ese huracán de sonidos, donde ninguno impera, pues cuando una voz parece alzarse, disputa el liderazgo esa batería que suena como los truenos, y luego vendrá el bajo, aunque por último aparezca la guitarra, siendo a veces la más ansiada. Toda esa mezcla, hace que yo y mucha gente, demos lo máximo de nosotros no en los conciertos, sino en el día a día.

La música es nuestra tarjeta de presentación, y la frase que la acompaña, debería ser esta: "¿Te gusta lo que ves?. No espera, no respondas, que me da igual tu respuesta." El que nace lechón, muere cochino. Y yo partí siendo un lechón montando en un avión fantástico que se llama Barón Rojo.

Rock, sexo y cerveza.

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