He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

Mi mente no tenía autocorrector.

Crecía en la escritura a medida que publicaba entradas, a medida que mi corazón latía y mis dedos avanzaban. Nadie nace sabiendo, y no soy una excepción como otros grandes. Ellos nacieron con un don prodigioso que otros, tenemos que ganárnoslo a base de esfuerzo, a base de no bajar nunca los brazos.

Muchos escritos han pasado ya, ergo mucho tiempo con ellos. No hablo de minutos, ni hablo de cualquier otra cuantía que vuestras mentes imaginen. El tiempo es algo tan sumamente inconmensurable, que no existe forma de llegar a medirlo. Mis días no duran lo mismo que los vuestros. Mis noches son más largas. Mis mañanas mas cortas.
Vuelvo a leer lo escrito antaño. Por el mero hecho de querer recordar escenas de mi pasado, por mirar hacia atrás y reír ante lo bien -o mal- que lo pasé. Tras todo lo hecho, y todo lo inventado llego a la conclusión de que parto del mismo punto en el que lo dejé. Estoy otra vez en el principio, todavía no sé escribir. Sé conjugar verbos, unir palabras y crear metáforas, pero eso, no es nada comparado con los sentimientos que logran plasmar los grandes maestros de la pluma y el papel.

Pero no me arrepiento de nada de lo que aquí aparece. Mis textos, mis hijos. Mis creaciones, mis recuerdos. Mi vida. Agradezco el bálsamo creado a partir de sus letras, que me ayuda en momentos de decadencia masiva, o me empuja hacia arriba cuando más lo puedo necesitar.

Exhausto hoy, por las dolencias del destino. Examino con suma cautela las letras, intento darles el mimo justo, sin llegar a entender nada más que la perfección en su prosa. Me encierro en su jaula. Quisiera quedarme con ellas. Ser un verso. Dejar mi cuerpo y volar por el mundo escrito. Ser un párrafo. Una cita. O incluso una fábula.

Cuando las palabras ya no dicen nada, es hora de los hechos hablen. Hora de calmar la sangre, el momento de dar quite con las mentiras. Ahora es cuando hay que recoger los frutos. Ya tuvimos tiempo de sembrar, tuvimos tiempo de regar, tiempo de pensar. Veamos que nos da el futuro. O tomas mi mano, o salgo volando yo sólo.

Si, no me da miedo decirlo. SÓLO.

2 comentarios:

  1. "Sólo" con tilde se usa cuando se expresa "solamente". Para el uso referido a "solitario", no se usa tilde, "solo".

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