He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

Sigue importando más la apariencia.

No me gusta generalizar, y siempre trato de evitar llegar a este tipo de conclusiones, pues siempre quedan casos especiales que por suerte o por desgracia, desmienten o confirman algunas teorías.

Pero pese a no querer generalizar, es una lástima tener que decir confirmar el gran número de casos. La de veces que le damos importancia a la apariencia. Y no hablo del físico, sino de la apariencia en sí, es decir, al modo de vestir o a la imagen pública que cada persona ofrece al resto del mundo.

El  caso mas inmediato que se me viene a la mente data de hace unas horas, cuando me disponía a hacer uso del transporte público urbano, concretamente de un autobús. Había mucha gente, y los asientos reservados a personas con edad avanzada o minusvalías estaban llenos, la mayoría por gente que realmente necesitaba dichos asientos -personas de avanzada edad- salvo un par de asientos, ocupados por dos mujeres de mediana edad, y sin ningún tipo de dolencia o minusvalía física.
Cuando avanzamos un par de paradas, contando la mía propia como inicio, entró un chico, que podía ser un poco mayor que yo, calculo unos veinticinco o veintiséis años. Se parecía a mí en cuanto a apariencia, pues iba casi rapado y con patillas, y vestía de negro. Pero en su mano había algo que me llamó la atención, y es que este chico llevaba una muleta, y no andaba de forma correcta.
Entró este chico en el autobús, y comprobó como efectivamente, no había sitio para sentarse, así que, pasó hacia el pasillo y se quedó de pie. Y así se llevó hasta que llegó a su parada, que era la última. Lo curioso fue que este chico en ningún momento pidió asiento, pero más curioso fue que nadie se dignó siquiera a cederle su sitio, ni las dos señoras que estaban sentadas en un sitio que estaba destinada a gente como este chico. Nosé si es por su edad, o por su forma de vestir, me decanto por esto último, por esa primera impresión que les hizo pensar que quizás, no era justo que alguien así se sentara en un sitio como en el que estaban sentados ellos, a priori mejores, más educados y menos violentos.

Quizá esté llevando esto al extremo, pero supongo que algo de razón tendré, aunque sea ínfima.

Y lo mismo en otras muchas cosas, como las bandas de música que empiezan a surgir ahora. Se preocupan más por tener una gran portada con una buena foto de grupo o un nombre que "mole" antes que por tener siquiera cuatro canciones que no suenen a desgarro anal. No importa la apariencia, ni lo que lleves o dejes de llevar, si hay algo que te gusta y tú lo sabes, no pierdas tiempo dando explicaciones a gente que posiblemente jamás te logre entender, pues estará centrado en criticar el jersey a cuadros que llevas, en vez de llevar una chupa de cuero poderosa como la suya.

3 comentarios:

  1. llevado al extremo. Sí.

    ResponderEliminar
  2. Creo que ese ejemplo es más bien para definir el egoísmo de esta sociedad, puede que ni se pararan a mirarle, simplemente ellas estaban sentadas y punto... pero llevas razón, mucha gente se deja llevar por estereotipos físicos por desgracia ¿para que te vas a parar en conocer a una persona antes de criticarla?

    ResponderEliminar
  3. Suelo pecar de demasiado extremista o agresivo, nosé si realmente eso es bueno o es malo, pero nadie es perfecto.

    ResponderEliminar