He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

Retrospección.

Pasan los días de forma plomiza, sin darme cuenta. No tengo una percepción clara del tiempo, no sé cuando avanza ni cuando retrocede. Sigo igual que años atrás, mi cabeza divaga por los mismos rincones, sin encontrar luces que indiquen caminos, soñados quizá en los días de niebla monótona sentimental.

Mi teclado está cansado de mi, del mismo devenir de ideal. Hoy estamos bien y mañana mal. Algo tengo que estar haciendo, que no agrade a mi karma. Algo estaré haciendo de una forma tan catastrófica, que hasta mis propios sueños desean hacerme hincar las rodillas.

No hay cambios en mí. No puedo responder a la pregunta que busca novedades en mi vida, por el mero y simple hecho de que no existe la novedad. Los mismos fallos siguen ocurriendo. Sigo siendo el mismo. Aquél que gasta sus días en un bar, con copas como acompañantes y amigos como tesoreros. Aunque no es de extrañar, que a veces mi único receptor, sea el efímero humo del cigarro, que dejo consumir entre los dedos.
Continúo mirando a la inmensidad del cielo negro, adornado por estrellas que me entretienen y ayudan a no pensar. Me siento bien cuando las miro, sigo con ese sentimiento tan estúpido y vacuo...

Sigue la monotonía. La retrospección en mi vida, es el fiel reflejo del presente, con vistas hacia un futuro, que se torna oscuro y sombrío. Condenado a la decadencia, o al devenir de estados. Mañana será otro día. 
Hoy bien, y mañana mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario