He aquí.

Este es mi blog, un pequeño sitio donde vengo de cuando en cuando a soltar ideas en forma de entradas. Siéntete libre de curiosear lo que quieras.

Diego.

Diario de una Rata [continúa esta saga]

Es una auténtica pena, que lleve tanto tiempo sin dar señal alguna de vida en el blog. No estoy muy seguro de qué o quién es el responsable de mi ausencia, y tampoco estoy seguro de las causas de mi regreso. Quizás, uno de los motivos de mi ausentismo, podría ser la falta de ideas o quizás el desgano, al ver que he escrito sobre tanto, que a veces podría sonar repetitivo.
Y posiblemente, he vuelto de nuevo, por que me da pena esta situación, pues creo que la escritura se merece más respeto que una simple racha de años, o de meses.

Digamos, que siempre queda algo que decir.

Y ahora es el momento de decir, de dejar escapar deseos, y lanzar al aire un ojalá -palabra de origen islámico, que usan cristianos acérrimos y duros de mollera, irónicamente- que seguramente sirva de más bien poco, pues los hechos pesan más que las palabras. Los hechos, están ahí. Tú estás ahí. No hay prisa, no es una carrera, pues la meta es bien simple; felicidad. Despacito y con buena letra, por favor. Déjame disfrutar de estos momentos tan dulces, donde la ilusión es mi compañera de noches y la encargada de darme fuerzas y paciencia para seguir adelante.

Ojalá, seas tú el motivo de que este rincón en el extenso mar del internet vuelva a renacer, o a convertirse en un territorio menos hostil.

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